miércoles, 19 de octubre de 2016

Simex [4]

Es hora que me presente, ya les hablé de lo que más me gusta, de mi colegio, de mis novias, pero no les he hablado de mí. Soy Samuel Santamaría. Algunos me dicen Samu, mi papá, mi mamá, mi padrastro, otros me dicen Santa y muy pocos me dicen Samuel.

Tengo 9 años, vivo en Cali con mi mamá y mi padrastro en el piso 11 de un edificio, y mi colegio se llama Liceo Europeo. Mi papá vive en Bogotá con su novia y viene cada quince días a visitarme. Cada vez que viene, nos quedamos donde la abuela Norma, pero yo le digo Moma.


Las cosas importantes para mí son: jugar fútbol en el colegio, jugar fútbol en la academia, jugar fútbol en la tablet, jugar fútbol en la Xbox, llenar el álbum de fútbol de la Champions League, pintar algún partido de fútbol con los marcadores, ver fútbol en televisión cuando hay partidos.


Para poder hacer todo esto también me toca hacer otras cosas no tan chéveres. Madrugar, ponerme el uniforme, aguantarme a Florentina la niña insoportable de la ruta, ir a clase de matemáticas, ir a clase de natación, almorzar en el colegio, lavarme los dientes, y bañarme.

Mi día preferido es el viernes porque mi papá me recoge a las tres de la tarde y nos vamos para la casa de la abuela Moma. Cuando llegamos a la unidad, mis amiguitos saltan de alegría al verme, cojo mi bici y salimos a montar. Después la dejo, y salgo a jugar fútbol.

La unidad donde vive mi abuela Moma es bacanísima, tiene muchos árboles, cuatro porterías, muchas plazoletas, muchos niños, muchos caminos por donde montar en bicicleta, una cancha de basquet, unas bancas, una zona de ejercicios, y una cancha de fútbol profesional.

Lo malo es que mi papá no me deja entrar a ninguna casa de algún amigo. Me lo tiene prohibido. Cada vez que alguien me invita, tengo que pedirle al papá que llame a mi papá a confirmar, y le tengo que dejar todos los datos de donde voy a estar.

Mi papá se sienta en las bancas a vernos jugar, siempre lo veo sentado con sus audífonos y algún libro y una botella de agua. Lee mucho. Si no está en el parque pendiente de mí, está en la casa de la abuela trabajando en el computador. Mi papá es arquitecto, construye restaurantes y esas cosas.

Lo malo también es que si quiero jugar fútbol, tengo que dejar la bici en la casa, y si quiero montar en bicicleta, tengo que dejar el balón. No me deja hacer las dos cosas, dice que no las puedo hacer al mismo tiempo, y que no quiere que descuide la bici y la deje tirada por ahí.

Pero mi papá es super cool conmigo y con mis amigos. Casi siempre nos invita a tomar algo en la tienda y cada vez que le pido plata me la da. Lo malo es que no me compra tantos dulces, solo me deja comer una vez al día, y se pone bravo con la abuela Moma cuando me da mucha Nutella.

En la unidad hay una niña que me gustaba hace un tiempo, se llama Juliana. Es mucho más grande que yo, debe tener once o doce años. Lo malo es que ya creció y ya no está tan linda como antes, ya no me gusta casi. Bueno, yo también he crecido, ya le llego al hombro a Andrea, la novia de mi papá. Ella también es super cool conmigo.

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