domingo, 10 de septiembre de 2017

Gomelo [39]




Gomelo [39]


Tengo que escribir un texto de una página para la clase de español.
No se me ocurre nada especial. Todos los niños van a escribir sobre sus vacaciones, pero mi mamá me prohibió escribir sobre el tema porque siempre viajamos en nuestro jet privado y no quiere hacer sentir mal a nadie, empezando por la profesora.

Voy a escribir sobre mi hermano menor pero le voy a cambiar el nombre para proteger su identidad. Se llama Calvin, tiene 8 años y es completamente diferente a mí. Lo único que tenemos en común es el apellido y compartimos la misma mamá. No puedo decir que compartimos el mismo papá porque a él casi nunca lo vemos, trabaja mucho.

¿Ustedes saben la diferencia que hay entre un gomelo y un artista?
Se las voy a explicar, es exactamente lo que nos diferencia a mi hermano y a mí.
Pero puedo contarles primero lo que a ambos nos gusta: comer hamburguesa con papas fritas y malteada de fresa, a él le gusta la avena con leche y a mí me gusta agregarle chocolate en polvo, nos gustan las galletas que trae Paula cuando viene con mi tío a visitarnos y nos gusta ir a cine a ver películas en 3D.

Ahora lo que nos diferencia drásticamente. Él se la pasa solo, jugando solo, sumido en sus pensamientos, yo prefiero estar con mis amigos. A Calvin le gusta montar en bicicleta, yo prefiero pasear en la cuatrimoto. Él pasa largas horas en la casa del árbol, yo prefiero jugar con la Playstation. El se viste de cualquier manera, a mi me encanta ponerme ropa de marca. Cuando estamos jugando con la tablet, él prefiere ver videos sobre dibujo y yo prefiero ver videos de youtubers. El único videojuego que quizá compartimos es Minecraft, pero él se dedica a construir casas y yo me dedico a matar zombies. A él no le interesa la destrucción ni la guerra, le interesa construir castillos y recorrerlos por dentro.

Calvin quiere ser trapecista profesional, yo quiero ser gomelo profesional. En su cuarto, tiene una tela especial que mi mamá le colgó del techo y se la pasa haciendo piruetas y movimientos contorsionistas a dos metros por encima del piso. Una vez intenté pero me caí y me dolió la cadera más de una semana. El morado que me salió daba miedo, tenía como siete colores.

Fuera de piruetas incomprensibles en su tela majestuosa, mi hermano es gimnasta, tiene una flexibilidad y una agilidad envidiable. Hay que decir que se pasa el día entero haciendo “medialunas” y posturas sobre las manos. Hace poco mi papá lo llevó a un torneo entre colegios y ganó el primer puesto en las barras y en gimnasia. Ahora le dio por explorar el brinca-brinca y el salto. Cuando no está en eso, se pone a pintar. En la casa hay varios cuadros de él enmarcados. Pinta mejor que mi papá y mi abuelo, y eso que ambos son arquitectos.

Bueno, ya queda claro lo que es un artista nato. Ahora definamos la palabra “gomelo”, según un artículo que encontré durante la búsqueda de documentación para escribir esta tarea: “persona que en su vestuario, modales, lenguaje, etc., manifiesta afectadamente gustos propios de una clase adinerada” (Fernando Ávila, El Tiempo, 17 de noviembre de 2015).

Ser gomelo es un estilo de vida. Es ser intelectual, igual que un artista, pero bien vestido. Es trabajar para ganar mucho dinero y gastarlo sin contar. Es tomar whisky en el jacuzzi con amigos. Ser gomelo es ser exitoso, tener carros blindados, buena casa y buena finca, irse de vacaciones dos veces al año, tener un reloj automático en la muñeca, chofer, empleada del servicio y jardinero en cada casa.

Mi hermano está muy pequeño y todavía no ha entendido el sentido de la vida. He tratado muchas veces de explicarle algunas cosas y cada vez que le hablo parece que tuviera un fantasma en frente. Es como un holograma que me mira a los ojos pero uno sabe que está pensando en otra cosa, que está en otra dimensión. Él no busca el reconocimiento o seguidores en las redes sociales, tampoco le interesa el dinero, él simplemente quiere hacer cosas que lo hagan feliz, nada más.

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